Corea del Sur se ha convertido en uno de los mejores sistemas educativos del mundo como muestra el informe PISA. Este sistema ha conseguido en 60 años convertir a un país pobre con la mayoría de población campesina analfabeta o semianalfabeta en un país basado en la industria con multinacionales como Samsung, LG o Hyundai; y en el sector servicios; a día de hoy Corea del Sur es una gran potencia ecónomica, todo esto se ha conseguido gracias a la educación.
A pesar de los logros conseguidos con este sistema educativo, en mi opinión el planteamiento de la educación es erróneo ya que además de preparar a las personas para obtener éxito profesional en un futuro el principal fin de la educación es formar personas sanas, que busquen la felicidad y que se acepten a sí mismos. A la vista de los resultados de la Oficina de Estadística de Corea del Sur el 8,8% de jóvenes encuestados a pensado en suicidarse, además el país lidera la tasa de suicidios en menores de 24 años. Esto se debe a la presión que sufren los estudiantes, a la gran competitividad entre alumnos y al estrés que genera su modo de vida.
Esta crítica no quiere decir que esté en contra de la disciplina, el esfuerzo o la competitividad porque considero que estas características son necesarias en cualquier ámbito de la vida. Sin embargo en este país se han llevado al extremo generando casi una deshumanización del hombre y olvidando el bienestar y salud personal en beneficio del éxito profesional. Es más importante estar contento consigo mismo que ganar mucho dinero.
PD: este sistema tan exigente orientado a la productividad y al trabajo formando máquinas más que personas me ha recordado a la película Tiempos Modernos del gran Charles Chaplin:
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